Ursus arctos
UICN: Vulnerable.
Mundial: Vulnerable.
En Europa: Especie prioritaria en Directiva 92/43/CEE.
En España, dentro del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas: En Peligro de extinción.
Libro Rojo de los mamíferos de España: En Peligro.
En España, las dos principales poblaciones de osos se encuentran en la Cordillera Cantábrica. La subpoblación occidental se extiende por unos 2.800 km2, desde los Ancares lucenses y leoneses y el Alto Sil hasta los valles de Babia y Omaña en León y las cabeceras del concejo de Lena en Asturias. En este vasto territorio se estima que habitan unos 160 ejemplares de oso pardo.
Por su parte, la subpoblación oriental ocupa unos 2.100 km2 por la Montaña palentina, entre las cabeceras de los ríos Carrión y Pisuerga, y la Montaña oriental leonesa, con incursiones por terrenos del oriente de Asturias. Hay también presencia consolidada en los montes cántabros de Campoo de Suso y Liébana. Se estima que habitan en esta zona unos 30 osos.
En Los Pirineos, la población actual está formada por ejemplares de origen esloveno procedentes tanto de una suelta inicial de dos hembras y un macho realizada en 1996-1997, como de otra más reciente efectuada en 2006 para reforzar la población tras la muerte de la última osa autóctona. En las dos vertientes de los Pirineos viven actualmente en torno a 25 ejemplares.
La reiterada presencia de veneno en toda la cordillera Cantábrica ha dado como resultado el hallazgo de 6 osos muertos desde 1998, siendo una causa de amenaza cada vez más destacada.
Si no se adoptan medidas urgentes para erradicar el uso de cebos envenenados en las cuatro Comunidades Autónomas afectadas, la recuperación de la población en los últimos años puede verse frenada en muchas de las localidades donde vive el oso pardo. La persecución del lobo, parece ser la causa más frecuente de uso de veneno en las montañas cantábricas.
El incremento de la mortalidad adulta se ha revelado como una de las causas principales de la regresión de las poblaciones ibéricas de la especie. Aparte del veneno, la persecución directa por tiros y trampas, la electrocución en tendidos eléctricos, la pérdida del hábitat y las molestias en las áreas de cría son las principales amenazas actuales para la especie.